21 de febrero de 2013

La Prehistoria del Gato.



El animal que conocemos actualmente se desarrolló en el curso de una evolución de por lo menos cuarenta millones de años. Numerosos fósiles permiten reconstituir el origen de los félidos salvajes, de los que el gato forma parte.
Los félidos salvajes constituyen a una familia muy homogénea. Hembras y machos son similares, los machos son solamente más grandes y más pesados, sólo el león marca una diferencia, con su melena.
Son los carnívoros por excelencia y los animales mejor adaptados a la captura de presas vivas. Cosmopolitas, sólo están ausentes de la Antártida, Australia, Madagascar, Las Antillas y algunas otras islas.
La familia de los félidos (Felinae) comprende tres subfamilias: Nimravinae, actualmente extinta, Acynonichinae, que incluye el Gueopardo, y Felinae, con dos grupos de especies, los grandes felinos (género Panthera) y los pequeños felinos (genero Felis), de los que proviene el gato doméstico.

EL ORIGEN DE LOS FELINOS:
Trás la extinción de los dinosaurios, hacia el final de era secundaria, aparecen los primeros mamíferos. De hecho, unos sobrevivientes, los insectívoros, habrían originados los carnívoros y los primates, en el Crestáceo superior, hace unos setenta millones de años.
Los félidos primitivos:
En el Oligoceno, se perfila claramente entre los félidos una tendencia que conduce a la individualización de dos líneas diferentes de felinos. Por una parte, aparece el género Eusmilus, animales grandes y robustos, pero lentos, provistos de enormes colmillos en forma de hoja de sable; por otra, grandes gatos más ágiles y más rápidos, con una dentición similar a la de los actuales félidos.
El gato domestico actual, desciende, sin duda, del gato salvaje africano. De hecho, descendería de muchas especies salvajes, entre las que se halla el gato indio del desierto, que vive en Irán, Pakistán y en la India, y que se acerca naturalmente al hombre. Su pelaje es gris amarillento, con manchas negras redondaeadas, y tiene una cola larga, anillada, negra en la punta. El gato salvaje africano, que se cruzó con el anterior y fue domesticado en Egipto 2.500 a. C.


La toxoplasmosis y el Gato.



La toxoplasmosis es una enfermedad parasitaria que afecta a un gran número de especies de sangre caliente, incluyendo al hombre. Los gatos y otros felinos son los únicos huéspedes definitivos del Toxoplasma gondii, si bien muchas especies de vertebrados actúan como huéspedes intermediarios, como los anfibios, peces, reptiles, aves y mamíferos.
Es una de las enfermedades que más se contagian entre hombres y animales en el mundo. A pesar de ser muy común, clinicamente no produce grandes males, y normalmente no presenta síntomas importante. Aun así, es conveniente que pongamos todo de nuestra parte para evitar su aparición en nuestro felino, proporcionandole alimento en buen estado y manteniendo su higiene al dia.

FORMAS DE CONTAGIO:
La toxoplasmosis puede llegar a nuestro gato de diferentes formas. Lo más normal, es que el animal se infecte por la ingestión de parásitos enquistados en los tejidos de los huéspedes intermediarios: carne mal cocida, roedores, aves, etc. Los organismos parasitarios se reproducen en su intestino y los huevos se eliminan por materia fecal. Esta eliminación se produce sólo durante una o dos semanas, y únicamente la realiza una vez en su vida.
Recién expulsados, estos huevos no suponen peligro para otra especie, ya que necesitan de uno a tres días para ser infecciosos. Por esta razón, y también por la afición de los gatos a permanecer limpios en todo momento, no resulta peligroso el contacto directo con ellos. No todos los felinos son portadores de la enfermedad, de hecho lo más normal es que el hombre se contagie de toxoplasmosis por otras vias, especialmente la alimenticia.
Aquellos huéspedes intermediarios, incluido el hombre, que han estado expuestos en algún momento al parásito, poseen defensas, y ya no vuelven a contagiarse otra vez. Los únicos grupos de riesgo son las personas inmunosuprimidas o mujeres embarazadas que tuvieran contacto por primera vez durante la gestación. Las madres que ya estaban infectadas antes de la concepción, estarán inmunizadas y protegidas.

DIAGNOSTICAR LA ENFERMEDAD:
Es muy complicado hacer un diagnostico en el gato, teniendo en cuenta que un análisis de materia fecal no es determinante. La técnica es dificultosa y considerando que solo eliminan el parásito durante dos semanas en toda su vida, sin presentar síntomas clínicos, es casi imposible detectar. Una determinación de anticuerpos en sangre podría resultar más beneficiosa.

COMO PREVENIR LA TOXOPLASMOSIS:
Para evitar su contágio, lo mejor es seguir las siguientes recomendaciones:
* Cocinar bien las Verduras con agua del grifo.
*Usar siempre guantes cuando trabajemos en el jardín.
*Lavar diariamente la bandeja sanitaria del gato, ya que por lo menos se necesitan 24 horas para que los huevos se vuelvan infecciosos. (Si estás embarazada, mejor que lo haga otra persona). Automaticamente lavarse las manos muy bien o ponerse guantes.
*1 vez por semana limpiaremos la bandeja del gato con agua hirviendo.
* Alimentar a los gatos solo con alimentos preparados secos o húmedos, evitando la ingestión de carne cruda para cortar la cadena de reproducción parasitaria.
* Evitar las cacerías nocturnas de nuestro gato, prestando especial atención a la ingesta de las posibles presas.
*La castración es un buen método para evitar escapadas.
* Comer carne bien hecha, frutas y verduras bien lavadas, que es la principal fuente de contagio.

 La prueba de sangre suele costar 25 € aprox y la prueba de materia fecal 60€.
Para más información sobre la toxoplasmosis consultar con el veterinario.



9 de enero de 2013

El Gato En La Edad Media.

La iglesia desde sus principios consideró al gato como una criatura demoníaca, debido a su relación con los antiguos cultos paganos. A pesar de esto, durante la Alta Edad Media se tenía mucha estima a este animal, por sus habilidades cazadoras, y así los campesinos e incluso los conventos y monasterios hacían uso de él para acabar con los roedores.
Pero un hecho crucial en la historia de la humanidad acabó de un plumazo con la buena estrella del felino.
En el siglo XIV se produjo un gran desastre en la sociedad europea que aniquiló buena parte de su población.
El azote de la Peste Negra tuvo como consecuencia la desaparición de una tercera parte de la población europea, especialmente el brote del año 1348. Junto a este cataclismo social aparecieron de nuevo los cultos paganos y esa gran lacra que fue la superstición.
Esta enfermedad social, que consigue transformar cualquier realidad en brujería, fue la causa inicial de la larga persecución de los gatos, especialmente los negros. Sin duda influyeron las características principales del gato, como carácter misterioso, su mirada intensa y penetrante y su gusto por la vida nocturna.
Así se explica que alguien que viera una mirada fosforescente en la oscuridad pudiera creer que estaba en presencia de una potencia diabólica, como por ejemplo una bruja que hubiera adoptado la forma de un animal.
El mundo pareció venirse abajo en aquella época, en la que las guerras, el cambio de clima, las epidemias y los graves problemas políticos diezmaron a la población, sumergiéndola en terribles hambrunas y provocando sus ruina.
Esta situación allanó el camino para las ideas supersticiosas, pues a alguien había que culpar de todas las desgracias que ocurrían, y el gato fue el sujeto ideal para ello, por su estrecha relación con las religiones paganas de la antigüedad.
Pero no fue el gato la única víctima de la superstición. Otros animales como los perros, sapos, búhos, ratones, muerciélagos o comadrejas también sufrieron consecuencias de estas ideas supersticiosas, y fueron perseguidos y condenados a ser ahorcados o quemados junto con las brujas que los habían inspirado (además de otras colectividades, como los judíos).

La Inquisición:
Esta alentó esta Caza de Brujas y de esta manera el papa Inocencio VIII y su bula de 1484, consiguieron establecer como habituales los sacrificios de gatos durante las fiestas populares.
Acusado de ser ayudante del Diablo, el gato fue designado como el responsable de las calamidades que se cernían sobre la humanidad, y se convirtió en el chivo expiatorio de la cristiandad.
En esta época, el pueblo se divertía con las hogueras para gatos, y cada región tenía sus propios rituales.
Eran muy normales las quemas de gatos vivos durante la noche de San Juan. En algunos sitios se encendía una hoguera circular, dejando a los gatos dentro del círculo, y justo en el centro tenían un árbol cmo único refugio.